martes, 28 de marzo de 2017

Web 2.0. Ahora nos toca decidir a nosotros


(Y va de nuevo... Texto publicado en el finissimo comentario del 4 de Octubre de 2009)*


Cuando empezaron los ataques de los medios masivos contra la Internet, pensé que se trataba de una cuestión de ratings, de miedo a perder usuarios que gustaban pasar tiempo conectados a la red. Pero no, después de analizarlo un poco, he considerado que más bien sea cuestión de PODER, de saber quién controla la información.

Hace tiempo, solo un grupo pequeño de personas decidía lo que debíamos ver, escuchar y saber. Algunos editores en cuartos oscuros, grandes empresas cinematográficas, disqueras en grandes edificios y dueños de televisoras y radiodifusoras decidían que era bueno para nosotros, cuando dárnoslo, y cuanto debíamos pagar por ello.

El comienzo de la Internet no fue muy distinto, solo era un medio de comunicación más, te parabas detrás de la computadora y recibías información. Pero como es común en la red de información más grande del mundo, todo evoluciona muy rápido, y gracias a ello llegamos a la siguiente etapa, lo que llamamos Web 2.0, donde el usuario no solo observa y escucha, si no también PARTICIPA. Ahora lo que atrae cada vez más a los usuarios es la opción de aportar, de expresar ideas a través de un medio sencillo y con una posible audiencia de millones de usuarios.

Solo pregunto ¿En quién confías más? ¿en el reportero que es obligado a censurar las frases del asesino del metro, ó en el usuario que vio todo y lo publico en su BLOG?, ¿en quién confías más? ¿en el cronista deportivo que dijo que el juego del sábado (que no trasmitieron) fue aburrido, ó en el aficionado que lo grabó y lo subió a YOUTUBE?, ¿en quién confías más? ¿en el locutor payoleado que todo disco que pone dice esta genial, ó en el usuario del SOULSEEK que desde su casa te manda y recomienda canciones?. Yo no sé ustedes pero pienso que le otorgamos más confianza a nuestra gente, a nuestros similares.

Cada vez son más los fanáticos, expertos u ocurrentes que participan subiendo videos a YouTube, haciendo Podcast, publicando blogs, realizando trasmisiones en vivo, colaborando en foros y Wikipedia, firmando fotos, “realizando revistas que no están atadas a un estándar comercial” o simplemente agregando comentarios.

La información nos pertenece.

El manejo de la información está en nuestras manos. Al fin tenemos la oportunidad de dar a conocer lo que nosotros consideramos importante,  sin la necesidad de compadrazgos, de ser lo suficientemente carismáticos o tener bastante dinero. Audiencia no falta, al fin y al cabo, tú decides en quien confiar, ¿en López Doriga, ó en tus compatriotas?


CSR


*Nota: Este es el primer Blog que publico en la sección “Y va de nuevo…” que no tienen ninguna modificación con respecto a la publicación original realizada en Myspace. Me parece que en este caso no es necesaria, ya que plasma una idea que del 2009, -fecha original de publicación- a la fecha, no ha cambiado demasiado como para adecuarla a los tiempos.






sábado, 25 de marzo de 2017

El amor real es un derecho no merecido


El amor real es un derecho no merecido,
un amor sincero tiene que venir de un simple sentimiento.
Que tristeza es escuchar cuando a alguien lo aman por una cualidad.
Lo amo porque es muy inteligente,
lo amo porque es guapo,
lo amo porque me compra cosas,
lo amo porque lava los trastos de la comida y la cena,
lo amo porque siempre me dice que me ama,
lo amo porque tiene el tiempo de estar conmigo.
No es así, señores y señoritas, eso es cariño, como el que existe con los amigos.
El amor puro y real no se basa en acciones, situaciones o en palabras,
si no a una condición de sentimientos de atracción fundamentados en la nada.
Qué bonito es saber cuándo a alguien lo aman por nada,
lo amo aunque es un estúpido,
lo amo aunque nunca me ayude,
lo amo aunque él no me lo diga.
Como algunos padres con algunos hijos, los aman aunque no sean lo que ellos desearon.

Y basándome en esta proposición, explico,  
La gran diferencia entre el amor y la amistad es la reciprocidad.
En la amistad siempre tienes que dar algo, siempre.
En el amor no, si estás enamorado no necesitas recibir nada de la otra persona,
todo puede ser incondicional.
Es por ello que muchas parejas al terminar la relación no funcionan como amigos,
porque nunca existe una correspondencia, una reciprocidad.


CSR





jueves, 16 de marzo de 2017

Un Borracho es Superior a un Abstemio


Un borracho es superior a un abstemio,
porque el hombre cuando bebe hasta embrutecerse
esta al mismo nivel que la mujer.
Un ebrio puede no cumplirle a su mujer
ó a cualquier mujer, si lo desea.

Un borracho puede regalar flores,
joyas, piedras enormes,
puede darle una esmerarla a cualquier mujer,
puede prometerle amor eterno.
Y a la hora de la cama quedarse dormido;
tirado, roncando, como un santo.
Tal como lo hacen ellas con nosotros cuando quieren,
cuando desean dejarnos con las ganas.

Un abstemio cree que es mejor que un borracho
y cree que es mejor que su mujer.
Pero no,
el tiene el compromiso de cumplir siempre,
no tiene pretexto, no tiene justificación.
Siempre tendrá que estar atento
a la necesidad de su mujer,
o de cualquier mujer.
Y si un día decide no hacerlo y quedarse dormido,
estará arriesgándose a que lo llamen
“poco hombre”,
a que lo denigren.
Él no tiene pretexto.

Es por eso que existe el alcohol,
las cantinas y existimos los borrachos.
Para que las mujeres sepan que no siempre son superiores.


Eso me dijo aquel hombre en el bar.
Yo me mantuve callado escuchando,
no tenía opiniones ni a favor ni en contra.
Parecía un hombre de convicciones firmes,
me pregunto que qué opinaba
y ante mi silencio me tacho de pendejo.
Salió de la cantina tambaleándose.


CSR



miércoles, 8 de marzo de 2017

Sexo con la Vecina



A mis 35 años me sigo sintiendo joven… y lo más seguro es que cuando cumpla 36 me siga sintiendo igual.
Esto lo menciono porque antes pensaba que abandonando los 35 todo sería adultez. En este momento estoy casi convencido que no es así, me queda mucha fuerza y aventuras no tan maduras a cumplir… Aunque debo de confesar que cada vez más seguido llegan razones que me hacen ver que ya han pasado muchos años en mi vida. Como la que ahora les cuento.

Cuando tenía alrededor de 22 años, una mañana de viernes que no tenía la primera clase, es decir entraba más tarde a la escuela, una vecina me intercepto en las escaleras y me pidió que le ayudara a prender un boiler. Con gusto acepte, tenía tiempo y sabía que ese proceso era rápido, entre al fondo del departamento y mientras prendía el boiler, cosa que no me llevo más que un par de minutos, ella, la vecina, de alrededor de 35 o 36 años, casada y con 2 hijos pequeños, de los cuales ninguno estaba en casa, se quitó la bata de baño con la que la encontré en las escaleras y… para no hacer la historia más larga, me sedujo, cosa que no es difícil cuando uno tiene 22 años calientes años. Me invito a pasar a su recamara donde tuvimos relaciones sexuales. Ya no llegue ese día a la escuela.

Nunca más tuve otro encuentro con ella, el hecho de que fuera casada me causaba conflicto y preferí no  provocar problemas no tanto por mí sino por mi familia. Pero bueno… Han pasado alrededor de 14 años de ese momento. Y en estos días me la he llegado a topar, “buenos días” es lo único que nos decimos como buenos vecinos y eso si estamos de buenas. Oficialmente entre nosotros no pasó nada.

El conflicto y punto de este texto es que ella ahora tiene, 50, alrededor de esa cantidad de años, y no me mal entiendan, no quiero ofenderla, pero los años se notan. Recordar que yo tuve algo que ver con ella me hace ver que también los años están pasando por mí.

No me siento viejo y creo estar lejos de sentirlo. Pero como dije al comienzo: De repente hay razones que me hacen ver que los años están pasando.



CSR