el finissimo
comentario
El sexo es
una de los mejores places que existen en la vida. El acostarse con una mujer
para lograr la mezcla de cuerpos que termina en un orgasmo, es sencillamente de
los mejores momentos que se experimentan en esta vida… Pero no lo es todo.
Disfruto el
ser un hombre de nuestros tiempos, es decir, un ser que aprovecha todas las
modernidades de vivir en una ciudad tan diversa como esta; aprecio el teatro,
ver películas, asistir a eventos deportivos y practicarlos algunas veces,
conciertos, tocadas, exposiciones, museos, recorridos, ferias, restaurantes,
funciones, etc. Pero todo esto es más grato, cuando se tiene una buena acompañante.
Una buena acompañante
tiene muchas facetas, algunas veces es alguien que sabe del tema, te enseña, conoce
los antecedentes, la historia, la biografía del director, las fechas de los
eventos y la importancia que estos tienen, conoce lugares y sabores, comprende el esfuerzo y está dispuesta a compartirlo, te hace reflexionar y amplia tu visión
del mundo; otras veces desconocen, te acompañan a descubrir, preguntan ,
indagan, se atreven a conocer sabores y ritmos nuevos sin decoro, festejan, se
aventuran, aprenden; las demás veces solo acompañan, tal vez cansadas, por lo
que hacen, lo que tienen que hacer, su trabajo, su rutina, y aun así inspiran, no
dejan de ser musas.
Podría aparentar
con esto que digo, que he dejado de ser un cavernícola, pero sería falso,
algunas veces los instintos nos dominan y nos hacen tomar decisiones que nos
llevan a circunstancias que no son precisamente las más cómodas, o por lo menos
no para mí.
Una amiga que
tenía poco tiempo de conocerme, pensó que yo era la mejor opción para ser el
acompañante de su supuesta mejor amiga en una cita doble. Su “querida amiga”
como ella la llamaba, tenía intenciones de conocer a alguien diferente, interesante
e inteligente, que no fuera como todos aquellos con los que está acostumbrada a
convivir. Y no sé en que estaba pensando mi amiga, pero asumió que yo era la
mejor opción para ese reto.
El encuentro
de los cuatro seria en un antro de la zona fresa de Insurgentes Sur, aunque
pensándolo bien todo Insurgentes Sur es fresa. Por su puesto, pensar en esos
ambientes era suficiente justificación para negarme, no son para mi, pero, mi
amiga me mando una fotografía la chica que sería mi acompañante; que ese
concepto de acompañante tampoco me conforma, pero bueno. Mis instintos
cavernícolas que hasta a los más sofisticados nos han hecho flaquear, me
hicieron aceptar al ver la exquisita chica en la fotografía, “qué más da”, me dije.
Al parecer y
a primera vista no fui del agrado de ella, era de esperarse de alguien que esta
acostumbrada a tratar con pura gente… guapa, pero en fin, ya estábamos ahí. Comenzamos
la plática y no encontré tema en el que pudiéramos encajar, pase al formato
entrevista: preguntas rápidas y directas para que se sintiera cómoda y en
confianza, fracaso el hecho de que ella no tuviera nada que contar, o contarme,
poco a poco le fui sacando unas sonrisas. La conversación fue haciendo la noche
amena, en algún momento la otra pareja se levanto de la mesa y nos quedamos mi
acompañante y yo solos, momento idóneo para que ella me mandara seriamente la
advertencia, “oye, te aviso que esta
noche no vamos a coger”… Y que se puede contestar a eso: “está bien, no hay problema”. No pensaba
obtener nada en la primera cita de todas maneras.
La noche
terminaba cuando un grupo amplio de amigos y sobre todo amigas, de ellos,
llegaron y se sentaron junto a nosotros, la plática se hizo inmensa y sin dirección.
En algún momento de esta plática masiva, la chica que se suponía era mi
acompañante, le dijo al grupo de chicas que recién llegaron, no sé porque, de
donde vino, o que intenciones tenia, pero con un gesto de superioridad
intelectual menciono: “todo los hombres solo
piensan en sexo”… La noche termino con su amenaza cumplida. Nada.
Por unos días
me sentí atrapado en la trampa de esa frase, “todo los hombres solo piensan en
sexo”, si, tenía razón, fui a ese antro con intensiones subconscientes. Aunque
puedo justificarme conmigo, el sexo me gusta y eso no tiene discusión.
Pero después
de recapacitarlo mucho, llegue a otra conclusión. Sé que va sonar machista, por
ello de antemano les pido una disculpa, pero es solo una idea:
“Las mujeres que dicen que los hombres solo pensamos en
sexo,
son las mujeres que no tienen nada mejor que ofrecer”.
Y más que
una frase de ardido por no conseguir nada aquella noche. Quiero pensar que es una reflexión, de
cómo con el tiempo intentamos con más detenimiento buscar quien nos INSPIRE a quien nos excite… (o
por lo menos yo lo intento).
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