Desde hace algunos años, no sé a ciencia cierta porque, me es relevante
el año nuevo e intento comenzarlo diciéndoles a las personas lo importantes que
fueron para mí el año anterior y presentarles de alguna manera especial, mi “deseo” de que tengan un buen año.
El enero pasado te pedí amablemente que “la cagaran mucho en el año, que
te llenaras de equivocaciones”
Esta vez quiero decirte algo diferente:
No quiero desearte que tengas un buen año...
quiero pedirte que tengas un buen año.
quiero pedirte que tengas un buen año.
Lo tengo que practicar porque todavía sueno un poco raro al pronunciarlo. Sin embargo…
Es definitivamente lo que quiero comunicarte en esta época... y te diré por qué.
Estamos en un periodo saturado de retos y desafíos, tanto en lo social
como en lo personal. Algo tiene que pasar o va a pasar… Y pase lo que pase, es nuestra
tarea estar preparados tanto como nos sea posible para ser “partícipes” de los
cambios que nos conlleve la vida y no solo ser espectadores, o peor, meras víctimas.
Por eso lo digo otra vez (y así lo practico un poco más):
No quiero desearte que tengas un buen año...
quiero pedirte que tengas un buen año.
quiero pedirte que tengas un buen año.
Aprende lo que creas que te hace falta aprender.
Desarrolla las habilidades que pienses que no tienes.
Optimiza lo que ya sabes hacer.
Prepárate.
Por favor, ten un buen año.
Es tu responsabilidad.
"¡Feliz 2015!"
CSR
(Inspirado en
un correo recibida de parte del Maestro Omar Fuentes a mi correo de gmail)
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