martes, 3 de abril de 2018

No tan lejos de la realidad.


No se trata de ser inteligente o tonto. La cuestión es si ves las cosas con tus propios ojos o no las ves...

Todas las cosas… Me refiero a sí se tiene un sentido propio de lo que ocurre alrededor. Criterio creo le llaman los que se dicen ilustrados. Decir que algo e bueno o malo es complicado en el mundo real, todo depende del contexto y el fin que tenga la idea.

Mi padre abusaba de la frase: “Nada es verdad ni es mentira, todo depende del cristal con que se mira”. Mil veces lo escuche decir esa frase, si no es que más.

Que quería decir, qué no puedes juzgar a una persona, una cosa, un evento, una situación, una idea, solo por una observación, por un momento, un accidente, una condición, una imagen... Ó si puedes hacerlo,  pero tienes que estar consiente que no puedes asegurar ser dueño de la realidad, siempre habrá otras personas con su propia opinión totalmente opuesta.

Por ejemplo. El fin de semana pasado fui con unos compañeros de equipo al Centro Ceremonial Otomí. Cerca de Toluca. Lugar conocido por ser donde van a entrenar boxeadores profesionales. Yo fui a correr y créeme que la altura del lugar te permite hacer un buen entrenamiento por el esfuerzo ante el poco aire… Bueno, resumiendo. Al terminar nos sentamos a comer unas quesadillas, la señora que las preparaba nos comenzó a platicar de los boxeadores que llegan o llegaron a frecuentar el lugar.

Nos habló de Julio César Chávez, nos dijo que su hijo (no sé cuál) era muy amable y siempre pasaba a saludar a los comerciantes, no siempre comía, pero si saludaba. En cambio el padre era un “Mamon”, si, la señora uso esa palabra. “Solo llegaba y se ponía a hacer ejercicio, no saludaba y si alguien volteaba a verlo desviaba la mirada”.

De vuelta a la ciudad le pregunte a un camarada su opinión ahora de los Chávez. Me dijo que seguro por tanto golpe y la fama habían hecho que el Señor fuera un engreído y que al hijo le faltaba pelear más para volverse igual.

Yo desde que escuche a la señora pensé, “Ese Julio César es (o era) un verdadero profesional, sabe que tiene que prepararse para un compromiso deportivo y aprovecha las horas de entrenamiento al máximo. Del hijo no sé, creo que por eso no gana”. Yo no sé de box, pero sé de disciplina.

¿Quién tiene la razón? Probablemente nadie. La verdad es tan vaga que es difícil de encontrar… la idea es ver las cosas con los PROPIOS ojos, pensamiento crítico y esperar no estar tan lejos de la realidad.



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