sábado, 24 de enero de 2015

Brazada tras Brazada


Me preguntaron por qué en mi WhatsApp tengo la frase "brazada tras brazada", y esta fue mi respuesta (por su puesto, ya editada).

A razón de decir la verdad. 

Estoy pasando una situación algo complicada, emocionalmente hablando, de esas donde ya no puedes hacer nada, no te preocupes nadie murió.

Hay un sujeto que sigo en las redes sociales, deportista, se llama Valentín. Hace unos días tuvo una competencia, le llaman "Ultraman", una verdadera joda, 10 Km nadando, 280 Km en Bicicleta y 84 Km corriendo.

Su problemas era que tenía que nadar esos 10 Kilómetros, algo así entre 4 y 5 horas, pero estaba lesionado, en una competencia anterior se golpeó la cabeza al caer de la bicicleta y no podía nadar más que media hora porque perdía la sensibilidad en el cuerpo, aun así y a pesar de que los médicos le dijeron que no lo hiciera; era la competencia para la que se estaba preparando todo el año… y lo hizo, completo el recorrido.

Cuenta que su plan fue salir con una sola idea, avanzar brazada tras brazada, hasta que el cuerpo le diera y ya no pudiera avanzar más.

Y explica que cuando sentía que no podía más, se iba repitiendo

"brazada tras brazada, brazada tras brazada, brazada tras brazada"

... Y así término.

Y puede sonar tonto, pero en estos días cuando siento que no puedo,

eso me digo, "brazada tras brazada, brazada tras brazada"


Lo se, soy un maldito melodramático... Lo siento...


CSR



Les dejo el video:


 

martes, 13 de enero de 2015

Hacer por hacer o hacer sin hacer



(Nota: Nuevo año y vuelvo a explicar. En este blog tengo una sección que he titulado “Y va de nuevo…”, donde selecciono textos subidos al blog con anterioridad para volverlos a publicar… En este caso se trata de un tema general, personal, pero creo que vale la pena volverlo a mostrar)



Y va de nuevo…  

28 de Julio del 2009



el finissimo comentario


“Nos falta tiempo o por lo menos me falta tiempo”. Eso es la que digo cada vez que quiero intentar sentarme a escribir y ante el cansancio decido dejarlo para después. No me quejo, porque no es que no haga nada  que me agrade, pero desde que regrese a las andadas las prioridades han ido cambiando y esto me ha afectado, sobre todo en tiempo.

Claro que sigue siendo todo un placer salir y seguir festejando el placer de vivir, acompañarse de los amigos que afortunadamente siguen ahí y otros nuevos que aparecen para mejorar la vida.

Pero ya no todo es placer, hay que cumplir con las obligaciones; en el trabajo estar al pendiente de todo y evitar chamfles (errores) para no llevarse el trabajo a casa.



Además está la responsabilidad ante la familia, ver que no les falte nada, y en las navidades ya no es solo festejar con los tíos. Ahora toca celebrar en nuestra casa y hay que ver de donde sacas dinero para el bacalao, los romeritos y así...

Ahora tambien hay que lidiar con bancos, afores, aseguradoras, abogados, oficinas de vivienda, agua, teléfono y más.

Eso si, las fiestas no se acaban, solo que ahora a la mitad de ellas ya tengo que ir de traje, para felicitar a los novios y en otras juntar para el volado del bautizo... ¿Saben a cuantas bodas de amigos he ido en los últimos 3 años?... muchas.

No estoy cansado de hacerlo, aunque así suene, me parece que es así como uno de hace hombre o como dirían los más cultos, es así como se termina de madurar, más de ahuevo que porque uno quiera.

Se me pasaron muchos temas que comencé a escribir y ahora terminarlos y publicarlos perdería sentido. Como se realizaron las elecciones y sus artantes comerciales, el voto nulo, la crisis política de Honduras y como todos se quieren meter olvidando la frase "Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz", la presencia de Metallica, etc. (Recordemos que es 2009)

El tiempo cada vez pasa mas rápido y no se deja alcanzar, según las graficas en 2 años ya no seré joven, según las estadísticas tengo que borrar mi edad del HI5 y del MySpace porque estoy perdiendo agregadas nuevas (cosa que me preocupa) porque ya te consideran un adulto, jajaja. (... No mamen Hi5 y Myspace jajaja, pero sigamos recordabdo que es 2009)

Mi nueva tarea que he decido plantearme es darme tiempo para todo, no mas pendientes, aunque sea poco pero no abandonar lo que me gusta hacer solo porque el tiempo dice que tengo veintitantos años y es momento de trabajar como negro y cumplir con los compromisos de la temporada.

Gracias por permitirme un poco de su tiempo para algo personal.




CSR




miércoles, 7 de enero de 2015

Para este 2015

Desde hace algunos años, no sé a ciencia cierta porque, me es relevante el año nuevo e intento comenzarlo diciéndoles a las personas lo importantes que fueron para mí el año anterior y presentarles de alguna manera especial, mi “deseo” de que tengan un buen año.

El enero pasado te pedí amablemente que “la cagaran mucho en el año, que te llenaras de equivocaciones” 

Esta vez quiero decirte algo diferente:

No quiero desearte que tengas un buen año...
quiero pedirte que tengas un buen año.

Lo tengo que practicar porque todavía sueno un poco raro al pronunciarlo. Sin embargo…
Es definitivamente lo que quiero comunicarte en esta época... y te diré por qué.

Estamos en un periodo saturado de retos y desafíos, tanto en lo social como en lo personal. Algo tiene que pasar o va a pasar… Y pase lo que pase, es nuestra tarea estar preparados tanto como nos sea posible para ser “partícipes” de los cambios que nos conlleve la vida y no solo ser espectadores, o peor, meras víctimas.

Por eso lo digo otra vez (y así lo practico un poco más):

No quiero desearte que tengas un buen año...
quiero pedirte que tengas un buen año.

Aprende lo que creas que te hace falta aprender.
Desarrolla las habilidades que pienses que no tienes.
Optimiza lo que ya sabes hacer.
Prepárate.

Por favor, ten un buen año.
Es tu responsabilidad.

"¡Feliz 2015!"


CSR






(Inspirado en un correo recibida de parte del Maestro Omar Fuentes a mi correo de gmail)

viernes, 2 de enero de 2015

En Casa Leen

Don Chema y Doña Pay, (nombres por lo que se conocen más comúnmente) criaron hijos independientes que aprendieron a valerse por si mismos y  hacer lo mejor que pueden con lo que tienen, no siempre con los mejores resultados, pero eso sí, responsables de sus actos.

En casa nos enseñaron, porque eso se enseña, a que cada quien se rasca con sus uñas, cada quien es responsable de los problemas en los que se mete y cada quien debe saber cómo salir de ellos. Puede sonar rudo, pero así es. Esto nos he hecho tomar buenas decisiones, o no tan malas, bueno, puedes ir a alguna reunión familiar y darte cuenta que los únicos con carrera somos los hijos de Chema, los únicos que no se casaron en la adolescencia (que de hecho ni se han casado) son los hijos de Pay. Eso nos ha dado otro tipo de visión del mundo, creo.

Esto no siempre es bueno, ya que además de ser independientes nos caracterizamos por ser demasiado ensimismados, y aunque somos conversadores y sabemos manejar humores muy carismáticos y característicos para cada quien, es difícil vernos exteriorizar sentimientos personales tan fácilmente. La evidencia más grande es que ni nos pelamos para Navidad.

La libertad que se nos otorgaba en el hogar desde pequeños es grande, no llegar a casa era una cuestión sencilla, solo consistía en no tener ningún pendiente inmediato en casa y avisar, así de simple, incluso para mi hermana. Tenemos pocas costumbres, de hecho no habituamos hacer festejos. Las reglas también son pocas, pero definitivas. Por ejemplo: Puedes no comer algo porque no te guste, pero “no puedes no probarlo”, es decir, si se hace un platillo nuevo por la razón que sea, puedes negarte a alimentarte con este y puedes comer otra cosa, pero antes debes de probarlo, “No puedes decir no me gusta sin antes haberlo probado”.

En casa tenemos otra regla, que es la intención de este texto: “No puedes no estar leyendo un libro”, es decir, no puede cualquiera, digamos yo, preguntarle a cualquier integrante de la familia, ¿que libro estás leyendo?,  y que este te conteste, “ninguno”. Siempre debes de tener un libro, no importa que por motivos de trabajo o personales no lo hayas abierto en una semana, siempre debes tener un libro y en cuanto lo termines tener otro preparado o tomar uno del librero.

No seremos la mejor familia, pero enorgullece decir lo ameno que es llegar a casa una tarde de flojera y encontrarte a tu madre en el sillón leyendo “El llano en llamas” de Juan Rulfo,  a tu sobrina con “La historia interminable” de Michael Ende en las piernas, a tu hermano tirado en la cama con “México Secreto” de Francisco Martin Moreno, la televisión apagada y el librero como siempre… hecho un desmadre.


CSR