Toda mi vida desprecie y menos precie el regodeo y gozo de
las personas que presumen y alardeaban que pudieron hacer algo solos.
Hace un par de semanas una mujer de una edad poco menor a la
mía en un tono de presunción, decía qué se decidió ir sola al concierto de los
Caifanes ya que nadie podía acompañarla, decía que no se la paso tan mal, por
el contrario lo disfruto.
Previo a eso ha sido una charla de toda la gente aunque sea
una vez en su vida, me fui solo al cine, me fui solo de vacaciones, fui solo al
teatro, me fui solo o sola a comer a un restaurante. Siempre historias con una sonrisa,
un gran logro.
Y entonces, me decía a mí mismo pensando en ellos, “novatos”,
si todo eso lo suelo hacer solo.
Cine, teatro, conciertos, estadios, comidas, exposiciones,
talleres y un largo etcétera.
Y alardeaba en mis adentros de toda la gente que rechace de
cuando podía darme esos lujos.
Quién diría que a mis 38 años, frente al pelotón de
fusilamiento me estaría carcomiendo la soledad.
CSR
