jueves, 12 de enero de 2012

¿Comemos para celebrar, celebramos para comer o celebramos que comemos?

el finissimo comentario


Heee!!! ¡Al fin terminaron las fiestas decembrinas!...

Se preguntarán porque la expresión de felicidad, si son tan bonitas esas celebraciones que desde principios de diciembre hasta el 6 de enero nos reúnen con familiares y amigos. Es bueno reunirnos, ni como negarlo, pero dar tanto abrazo y explicaciones de lo que ha sido tu vida a familiares que vez solo una ocasión al año, es cansado y agotador.

Digo, tal vez ustedes que disfrutan las platicas largas les agrade, pero para mí el explicarles que no soy gay por no estar casado a mi edad (ya que ningún primo ha superado los 24 años sin casarse), que el trabajar con corbata no significa ser un webon y que no renuevo mi carro simplemente por no creerlo necesario. Es un verdadero reto de inteligencia y tolerancia.

Pero bueno, no todo es malo, sea como sea la celebración siempre hay algo importante que cubre cualquier adversidad, no importando las situaciones de incomodidad por el argumento de un tío o el disgusto por un reclamo de la abuela. La comida, si, la comida siempre es capaz de salvar las celebraciones.

Esas comidas tan especiales que solo podemos degustar en un cierta etapa del año (porque así lo dice la tradición) producen el gusto de reunirnos. Porqué si, es un poco desesperante esperar todo el año a que mi madre vuelva a preparar el riquísimo “bacalao” que la ha hecho tan famosa en la región, bueno, a lo mejor no tan famosa, pero el platillo le queda riquísimo.

Empecé a relacionar celebraciones con el gusto de disfrutar un guiso. Porque no es mentira que muchas veces esperamos una celebración tan solo para degustar algún tipo de comida: El día de Reyes un pan en forma de rosca, tamales en candelaria, pozole para el día de la independencia, carnitas en el cumpleaños, pavo en thanksgiving, pan de naranja en día de muertos, romeritos y bacalao en navidad, etc, etc.

 
Me surgieron unas teorías:

Comemos para celebrar.- Basamos nuestras celebraciones en lo que comemos, porque la preocupación principal de cada festejo importante, siempre radica en la comida que se presentara a los invitados.

Celebramos para comer.- Seguimos con la tradición de reunirnos en ciertas fechas especificas no importando como nos llevemos, tan solo para continuar comiendo los ricos guisos típicos del momento.

Celebramos que comemos.- Nos desgastamos en los consecuentes periodos del año y toleramos las charlas incomodas tan solo para llegar al día que volvamos a probar un rico manjar correspondiente a la fecha.


No sé, tal vez no y sencillamente nos reunimos para celebrar que seguimos juntos y nos queremos… mmm, prefiero seguir pensando que es por la comida. Provechito.


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