¿Te importa?
Me pregunto y conteste que no.
Me había costado tanto trabajo llevarla a la cama
como para detenerme ahora por eso.
Fue lo último después de tantos peros.
"Cogerte mientras menstruas es otro pedo".
Sugerí que fuéramos a la regadera
pero ella no quiso, no todavía.
Quería jugar.
Su ropa interior negra comenzó la pugna
después de esperar tantas largas, tantos después,
pero por fin estábamos ahí, convencidos,
si no, como llegamos al hotel.
Mi verga sale ensangrentada.
Huele a ella,
“huele a ti, cruda”, dije.
Sonrió.
Mi verga sale ensangrentada.
Roja, roja intensa.
Tal como saldría un puñal
después de haber atravesado a un hombre;
el corazón de un hombre,
no sé,
tal vez el de su marido.
CSR
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