jueves, 10 de abril de 2014

Remordimiento

el finissimo comentario


Mi padre decía que la gente que mataba se pasaba el resto de su vida padeciendo por haberlo  hecho, que el arrepentimiento no los dejaba en paz. Creo que se equivocó. Porque hasta el momento yo no he sentido ningún remordimiento.

Matar a alguien está sobrevalorado, hay gente que cree que nadie debería de morir, y qué si se lo merece, qué si es hacerles un bien a los demás, bueno, a uno mismo. Porque dejen les digo, por si no se han dado cuenta, que no todas las personas son buenas... como lo soy yo, y se que lo soy, porque me lo han llegado a decir muchas veces.

Era necesario hacerlo, aquel sujeto estaba haciendo mi vida bastante complicada, e imagino que a más personas les estaba haciendo lo mismo. La gente que hace las cosas que él hacía no son gratas para esta sociedad. Hay gente que no deberían de estar en este mundo.

Fui muy cauteloso, mucho estudio, me llegue a sorprender de lo inteligente que resulte siendo al acomodar todas las piezas y no caer en ningún error; la noche perfecta, el lugar ideal, sin testigos, todo ajustado para llegar a tenerlo en el lugar exacto donde las cámaras de seguridad de la ciudad no miran. Puntería exacta, todo se le termino en segundos. De hecho no merecía la buena puntería que tuve esa noche, pero estuve practicando para no necesitar más de un tiro.   

No fue de la noche a la mañana, eso si, pasaron muchos meces para conocer sus movimientos, sus costumbres, “su velocidad”, sus horarios;  insisto, mucho estudio. Y a pesar de eso, puedo decir que fue… bastante fácil… Por dios, aprendí a disparar en un club de tiro que encontré en Google, donde no te pedían nada más que pagaras con “cambio” la sesión (o con tarjeta) y no excedieras el tiempo establecido de practica.

Tal vez mi único error fue dejarme ver al otro día, caminando por la calle afuera del lugar donde se realizaba su funeral. La ansiedad no me dejo pasar la oportunidad de comprobar que todo había terminado. Si, ese fue el único error, afortunadamente sin consecuencias, porque nadie sospecha de mí. Pero no volverá a ocurrir, no volveré a cometer ese error.

No volveré a pasearme al otro día por la calle del funeral, “sabiendo que mi trabajo esta bien hecho”. Para la próxima, terminare la obra y no haré mayor ceremonia que descansar tranquilamente por haber terminado con alguien que me incomodaba, de cualquier manera, ya vi que es fácil.


CSR







No hay comentarios:

Publicar un comentario