martes, 3 de febrero de 2015

Espasmos

“—No tendrías que sentirte mal —me dicen— tú lo diste todo, hasta hiciste más de lo que deberías haber hecho… no lo entiendes, imagínate sí te sientes así, como se han de sentir los que realmente cometieron un error, los que en verdad lo hicieron mal, los que si lo echaron a perder”.


Dichosos aquellos, los que cometieron un error,
dichosos los que lo hicieron mal, los que echaron todo a perder.
Porque ellos, tienen la fortuna de poder enmendar sus errores.
Pueden arrepentirse, regresar para decir lo siento.
Tienen la virtud de poder resarcir el daño que hicieron.
Talvez por cosa del destino 
no puedan hacerlo con la persona con quien lo hicieron mal,
pero la siguiente en su vida tendrá la fortuna 
de tener a una persona renovada.  


En cambio, el supuestamente haberlo dado todo,
me condena a cargar con el peso de ser yo mismo.
Darlo todo, y pensar que si fui rechazado por esas cosas,
entonces esas cosas no están bien en mi vida.
Al notar como poco a poco se fue desacreditando mis virtudes 
y capacidades como ser humano.
Siento que desde ahora cada vez tengo que ser menos yo.

El sentir que mi esfuerzo no era bastante e ir dejando más,
hasta el grado de abandonar otras cosas que me importaban, 
incluyendo personas, me hace pensar en lo poco que tengo.
Para que al final, en el punto donde me encuentro vacío, 
siga sin ser suficiente.

Estoy condenado a pesar que cuando recupere el amor vacío 
y quiera conquistar nuevamente,
tengo que fingir ser alguien que no soy…
Y no se trata de fingir, pero yo, “el yo completamente auténtico”,
reclamado por el orgullo y la prepotencia,
fui perdiendo la fe en mí mismo.
Y temo que al intentarlo nuevamente, inconsciente, ofreceré menos.
Hasta que simplemente daré lo mínimo, solo una parte.


El que no estés no es realmente lo que me preocupa,
Si no que se me haya acabo el amor por haberte dado tanto.


CSR





No hay comentarios:

Publicar un comentario