domingo, 26 de febrero de 2017

Suficientemente Maduro

(Y va de nuevo...)*

"¡No tienes derecho de meterme en mi vida!”, le escuche gritar a un adolecente en la calle dirigiéndose a su padre…
Y pensando en esa escena llegue a una reflexión: 
La mejor manera en que un adolecente tome buenas decisiones es a través de tener una buena visión del mundo (del mundo real) y del contexto en el que vive.
Esto viene después de conocer historias de cerca y no tan cerca de adolescentes que se casaron a corta edad o dejaron la escuela en busca de un sueño. No estoy diciendo que tomar estas decisiones sea malo, conozco historias de este tipo que terminaron en éxito, pero también muchas otras donde la decisión no fue la mejor en ese momento ya que el impulso emocional no les permitió darse cuenta de los obstáculos obvios que aparecerían.
Por ello les quiero describir mi postura con respecto a estas ideas.

Soy partidario de la independencia personal, en este caso, los adolescentes deben empezar de tomar sus propias decisiones, (aunque sean por impulso) asumiendo las consecuencias positivas y negativas de sus actos. El tomar decisiones propias que lleven por un buen camino los impulsara a seguir tomando decisiones esenciales de vida.
Hay historias de éxito, es fácil encontrar estrellas de Rock que nunca fueron a la escuela, o actores que no pisaron las aulas. De hecho el mismísimo JOHNNY DEPP, dejo la escuela a los 16 y se casó a las 17 por primera vez y todos sabemos la carrera llena de éxitos que tiene. Yo mismo tengo amistades que se casaron siendo menores de edad y siguen teniendo una vida de pareja plena. El tomar decisiones propias hace adolecentes seguros de sí mismo.

Y para que estas decisiones sean tomadas con responsabilidad, es necesario que sus padre o quien se haga responsable de ellos les enseñe a tener una visión clara de la vida, enseñar que el esfuerzo es el camino más seguro para cumplir las metas, que existen metas, y que los sueños se pueden cumplir. Enseñar a ser responsables de sus decisiones, así como exponer la condición y limitantes sociedad de donde viven, no para negar el desarrollo, si no para entender lo que se debe de enfrentar. Ya con estas enseñanzas lograr entender lo importante que es el concepto de responsabilidad y metas.
La mejor manera para conseguir esto es que los padres salgan con ellos a la calle, dejar que salgan solos, procurar que lean, escuchen el radio, vean televisión, tengan internet, vean Youtube, Facebook, etc. y platicar con ellos sobre lo que han visto y escuchado, para aterrizar las ideas que pudieron haber absorbido. Si los adolescentes aprenden a comprender su mundo sus decisiones serán mejores.

Y si a pesar de todo ello toman una deliberación opuesta a la que le aconsejarían sus padres, deben tener la conciencia de que es posible que nadie los apoye.
Sé que perderé la simpatía de muchos padres con este comentario pero: “No están obligados a apoyar a sus hijos si no están de acuerdo con su decisión”. No se mal entienda, no hablo de dejar de quererlos. Pero no me parece correcto que tu hijo se case y ahora tu tengas que mantenerlo a él y a su esposa. Que casi terminando la preparatoria (y de paga) la deje sin previo aviso y ahora te exija que le pagues la escuela de cine. “Es que mis padres no me apoyan”, dicen,  el apoyo tienen que ganárselo cuando se salen de la estructura social que se supone que esperamos de ellos y eso deben entenderlo. Lo siento, pero a mi parecer es lo más correcto. Siguiendo con el ejemplo, si quiere entrar a la escuela de cine pero te dice que va a conseguir una beca, un trabajo para pagar en la mitad, es decir un esfuerzo, pues bueno, se entiende que merezcan el apoyo.


A los adolescentes hay que enseñarles a entender el mundo, a diferenciar el bien del mal, que es un esfuerzo, SOBRETODO a hacerse responsables de sus actos, que no siempre la gente los apoyara, que no todas las historias son de éxito y esperar que así tomen decisiones correctas en su vida. Decisiones maduras.


CSR



Me despido dejándoles un par de párrafos del libro “un hilito de sangre” de Eusebio Ruvalcaba, que fallecio a inicios de este mes y que influencia con estas palabras para el texto que les presente.


“Nadie da un quinto por un chofer, me dijo mi papá el día que le comunique mi decisión de ser chofer de una casa rica. Para mi la máxima ambición en la vida era tener un trabajo de chofer. Porque tenía dos ventajas, digo, el trabajo, no yo. La primera, manejar un hipercarrerrimo de esos que todo el mundo se les queda viendo, y la segunda, que te coges a la señora de la casa. Porque en las casa ricas siempre es igual: las señoras están bien ganosas porque su marido ni caso les hace.


Más ciego, pues, no podía estar mi papá. Pero así y todo me dijo “te vas a estudiar un curso por las tardes, aunque sea una carrera técnica pero me estudias doble para que de grande seas algo de provecho”. Ya sabía yo que a fuerzas iba a decir la palabra provecho, si le encantaba decirla”.




*Texto basado en una publicacion de el finissimo comentario del 12 de Septiembre de 2009 






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